Pese a que en la actualidad el big data cuenta con una gran popularidad, un estudio de Gartner pronostica que, en solo 4 años, para 2025, el 70 % de las organizaciones perderán su interés en esta tecnología en favor del small data y del wide data. Ambas tendencias, por ahora desconocidas para el gran público, están llamadas a proporcionar a las organizaciones un nuevo contexto para el análisis de datos y la inteligencia artificial.
¿Cuál es su diferencia?
Según Gartner, tanto el small como el wide data permitirán sacar más valor de las fuentes de datos diversos no estructurados reduciendo el volumen de información empleada. Utilizadas en conjunto, estas dos vertientes ayudarán a los humanos a obtener información más precisa. Mientras que el small data obtiene con pocos datos información de alto valor a través de técnicas de análisis de series de tiempo o datos sintéticos, el wide data basa su eficacia en el análisis de amplias fuentes de datos, estructurados o no, que pueden ser de pequeño o gran tamaño. La principal diferencia entre el big y el wide data, es que este último es capaz de trabajar con diferentes formatos como texto, vídeo, audio o incluso olores. Frente al big data, estas nuevas formas de obtener información prometen ser más asequibles y traducir sus hallazgos en ideas fácilmente procesables.
¿Cómo se aplicarán?
En la actualidad se cree que el small y el wide data serán claves en la previsión de demanda del comercio minorista, así como en la atención al cliente, permitiendo mejorar la experiencia del usuario y fomentando la hiperpersonalización. La seguridad es otro de los sectores que promete tomar ventaja gracias a estas nuevas técnicas, propiciando la puesta en marcha de sistemas autónomos adaptativos y de detección de fraude.
¿Qué pasará con el big data?
Pese a las previsiones de Gartner, al big data se le augura una larga esperanza de vida. Durante los tres primeros meses de 2021, la demanda de perfiles especializados en esta tecnología creció más de un 150 % en España, según Logicalis. Por otra parte, los datos del INE apuntan a que el big data es una de las tecnologías con más aceptación por parte de las empresas nacionales, mostrando una implantación del 8,5 %. Los macrodatos siguen en auge y son una opción cada vez más aceptada dentro de sectores tan dispares como el turístico, el agrícola o el cárnico, así como en las administraciones públicas.