El uso de dispositivos móviles está revolucionando el sector de la salud, aportando nuevas fórmulas de relación e interacción entre los pacientes y los profesionales sanitarios. Pero ¿qué es la salud móvil o la mHealth y que ventajas ofrece?
Se denomina salud móvil a la rama de la eSalud en la que la práctica de la atención sanitaria está soportada por dispositivos móviles como smartphones o tabletas. Engloba desde la prevención y el diagnóstico clínico hasta el tratamiento de pacientes, revelándose también como un instrumento clave y muy útil en la comunicación intrasanitaria -entre profesionales de la salud, así como entre facultativos y pacientes-.
La penetración de los dispositivos móviles en la sociedad, junto a sus características asociadas, como la accesibilidad, la portabilidad, la agilidad o la facilidad de uso, han situado al sector de la salud móvil en puestos de despegue.
Sector en crecimiento
El éxito alcanzado en los últimos años por diversos proyectos de mHeath demuestran que es un sector en pleno crecimiento, y lo que es más importante, que puede ofrecer numerosas oportunidades para innovar en salud, ganar en eficacia, mejorar la calidad asistencial o reducir costes sanitarios.
En este sentido, las apps se han destapado como un potente instrumento para impulsar hábitos de vida saludables, detección precoz de enfermedades, prevención o empoderamiento de los pacientes, además del seguimiento de enfermedades crónicas.
Según datos de IMS Health Institute, el 70% de las apps del mercado se dirigen al público en general, a través de los segmentos de bienestar y ejercicio físico. El resto, están destinadas al sector sanitario. Principalmente, se emplean como canales de información (39,8%), para transmitir instrucciones de uso (21,4%) o registrar datos de los usuarios (18,7%), en temas relacionados con la alimentación, la actividad física o el control de adicciones, entre otros.
La tendencia del mercado se encamina a integrarlas en el sistema sanitario, como un elemento más, potenciando su uso entre pacientes y profesionales. Eso sí, para que esto se haga realidad en un futuro próximo, será necesario el trabajo conjunto de empresas tecnológicas, proveedores de la salud y la Administración Pública para confeccionar un procedimiento que permita evaluar su calidad científica y sus resultados.
En este sentido, su proliferación y ventajas para el sector de la salud ya han propiciado que numerosas instituciones hayan puesto en marcha distintas iniciativas para ayudar a encontrar al paciente apps verdaderamente útiles y fiables, con el fin de promover la calidad y la seguridad en este ámbito.
De hecho, tanto en España como en Europa ya existe una normativa que garantiza que una aplicación cumple con los criterios y funcionalidades esenciales para ser clínicamente segura y ser considerada como un producto sanitario: el marcado CE. Además, para que un desarrollador de aplicaciones pueda certificar una aplicación médica, éste debe contar con su correspondiente Certificado de Fabricante de Producto Sanitario otorgado por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS).
También se han revelado de gran utilidad para mejorar la gestión clínica o la adherencia a los tratamientos otras fórmulas de mHealth como los SMS –para la recogida de pruebas, alertas, gestión de citas…-; la telemedicina, la telerrehabilitación o la teleconsulta –cobran especial importancia en la atención a zonas remotas y con escasos recursos o carencia de especialistas-; y los dispositivos médicos o wearables –permiten medir variables como las constantes vitales y monitorizar a los pacientes en remoto-, cuyo auge tiene mucho que ver con el compromiso, cada vez mayor, de los consumidores con la prevención y la salud.
En el caso de España, la mHealth está alcanzando un gran desarrollo debido, fundamentalmente, al elevado grado de penetración móvil que hay en nuestro país -entre los más altos de Europa-, así como por contar con uno de los mejores sistemas de sanidad pública, según la Organización Mundial de la Salud.
Según el Estudio sobre opiniones y expectativas de los ciudadanos sobre el uso y aplicación de la tecnología de la información en el ámbito sanitario realizado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI), el 84% de la población española conoce la existencia de dispositivos y aplicaciones para medir variables relacionadas con su salud y el 27% los utiliza habitualmente en su vida cotidiana. Así también lo revela un estudio realizado por MCKinsey Consumer Health Insigth, en el que el 90% de las personas encuestas indica que le parece más eficaz hacer una consulta rápida en las apps y en la web que en persona o a través de vía telefónica, y que utilizan frecuentemente estos métodos para consultar temas relacionados con la salud y los hábitos saludables (67%).
Eficiencia y mejor calidad asistencial
La salud móvil ha abierto las puertas a nuevas formas de relación entre médico-paciente, aportando numerosos beneficios para ambas partes, tanto en lo que respecta a la optimización del tiempo en consulta como en la mejora de la adherencia terapéutica, elaboración de diagnósticos precoces o la monitorización de pacientes crónicos, dependientes o de riesgo. La utilización masiva de dispositivos conectados por parte de los mayores de 65 años, un sector de población con mayores probabilidades de necesitar atención médica- también ha influido de forma muy positiva en este sentido.
Acercar la medicina a los países en vías de desarrollo
La popularización de los dispositivos móviles también ha supuesto un importante avance para acercar la medicina a los países en vías de desarrollo, llevando la salud a zonas en exclusión y a poblaciones sin recursos. Ha hecho posible el acceso a la información sanitaria en lugares remotos y de difícil acceso, facilitando el diagnóstico a distancia, la atención remota, la intervención en casos de emergencia o el seguimiento de enfermedades.