Contar con una infraestructura en la nube adaptada al futuro es clave para el éxito empresarial, pero para ello es imprescindible disponer de empleados que tengan habilidades para hacerla realidad. Así lo revela el informe “Cloud Maturity Drives Business Sucess”, elaborado por Forrester Consulting para Hashi Corp, que explora la explora la evolución de la madurez de la nube en las organizaciones y cómo impacta en su éxito empresarial.
El estudio, basado en una encuesta a 1,194 profesionales tecnológicos, ofrece un análisis detallado sobre el estado actual de las estrategias de infraestructura en la nube, los desafíos más comunes como la escasez de personal cualificado y el papel emergente de la inteligencia artificial generativa (genAI).
La investigación revela que la mayoría de las empresas están muy lejos de aprovechar al máximo los beneficios de la nube. Solo el 8% de las organizaciones encuestadas han alcanzado un nivel alto de madurez en su infraestructura en la nube, lo que refleja la dificultad de escalar prácticas de seguridad e infraestructura de manera efectiva. Las empresas más maduras se enfocan en implementar equipos de plataforma y plataformas internas para desarrolladores (IDP), además de prácticas estandarizadas de seguridad y cumplimiento. En contraste, las organizaciones con baja madurez tienden a centrarse más en consideraciones tácticas como la reducción de costos a corto plazo, lo que refleja una falta de visión estratégica a largo plazo.
Entre los hallazgos clave, el informe destaca que la inversión en infraestructura en la nube sigue creciendo, con un aumento significativo en el uso de entornos multicloud (62%), especialmente en entornos altamente regulados como los servicios financieros y atención sanitaria. Sin embargo, el gasto ineficiente, conocido como «cloud waste», sigue siendo un problema importante, afectando al 91% de las organizaciones, especialmente aquellas con escasez de habilidades. Las empresas más maduras logran optimizar mejor los costos y automatizar procesos, lo que les permite adaptarse más rápidamente a las demandas del mercado y aumentar su seguridad.
Contar con personal cualificado es crítico. La escasez de expertos en infraestructuras en la nube es uno de los principales obstáculos para las empresas con menor madurez, lo que afecta directamente su capacidad para gestionar eficazmente la seguridad y la infraestructura. Mientras tanto, las organizaciones más avanzadas han invertido en la creación de equipos especializados y en el desarrollo de habilidades internas. Más allá de la capacitación, es esencial que las organizaciones establezcan una dirección y unos objetivos, así como encontrar a personas que se alineen con esa agenda, capacitarlas y planificar la gestión del cambio. También deben abordar la motivación, la comunicación, las métricas y el aprendizaje continuo.
La seguridad, la disponibilidad y la infraestructura son las claves de la estrategia cloud
La seguridad es el principal indicador del éxito de una estrategia de nube -mencionada por el 81% de los encuestados-. Las amenazas internas y externas siguen evolucionando muy rápidamente, imponiéndose el robo de datos como la mayor preocupación de este año (phishing, filtración de contraseñas, ataques de software de terceros…).
Las organizaciones con mayor madurez reportan beneficios significativos en este aspecto, logrando una postura de seguridad más fuerte, mayor agilidad en la provisión de infraestructuras y una mejora en la visibilidad y el cumplimiento. Y es que una estrategia de nube sólida mejora la seguridad. Por el contrario, las organizaciones de baja madurez se centran más en el presupuesto, lo que revela una mayor preocupación por los objetivos a corto plazo y la reducción de costes y no por disponer de una nube adaptada al futuro.
Otro tema relevante es la adopción de la inteligencia artificial generativa (genAI). Aunque su implementación todavía es incipiente, el 70% de los encuestados planea integrarla en los próximos 12 meses. Las organizaciones más maduras ya están aprovechando esta tecnología para automatizar tareas operativas y mejorar la seguridad, lo que les permite enfrentar la escasez de personal cualificado.
Las organizaciones que han logrado una alta madurez en la gestión de la nube disfrutan de múltiples beneficios, como una mayor seguridad, agilidad y optimización de costos. Sin embargo, la mayoría de las empresas aún no han alcanzado este nivel, y la falta de personal cualificado y la necesidad de estandarizar prácticas siguen siendo obstáculos clave. El futuro de la estrategia en la nube parece estar ligado al desarrollo de habilidades internas, la adopción de tecnologías como genAI y la consolidación de prácticas de seguridad e infraestructura.
En definitiva, las organizaciones deberían invertir en la capacitación de su personal y en la modernización de las prácticas de la nube para crear un ciclo de mejora continua que atraiga a desarrolladores con más capacitación, al ofrecer un entorno de trabajo más moderno en el que pueden ser más productivos. También, centrarse en consolidar su postura de seguridad mediante la detección de amenazas avanzadas, sistemas de detección, cifrado de datos, evaluaciones de seguridad periódicas y formación sobre las mejores prácticas de seguridad.