A medida que el proceso de digitalización se extiende por todo el mundo, surgen nuevas dudas sobre sus consecuencias para el medio ambiente. Aunque para una gran mayoría parezcan inocuas, las tecnologías emergentes tienen un gran impacto en la naturaleza pero, paradójicamente, también poseen un importante rol en la lucha contra el cambio climático.
La presencia online deja huella
Según un informe de FTI Consulting, el 2% de la emisión mundial de gases de efecto invernadero es causada por la industria digital. Los centros de datos son el principal problema de este sector, ya que consumen un 35% de la energía utilizada por el conjunto del mercado TI, siendo, aproximadamente, el 1% de lo que gasta todo el planeta en un año. El impacto de la tecnología ya es similar al del tráfico aéreo y la pandemia no ha hecho más que aumentar este problema. Por primera vez en una década, en Europa han aumentado las ventas de ordenadores y tabletas, lo que supone una media de gasto de 22 kilos de químicos, 1.500 litros de agua y 240 kilos de combustible por cada dispositivo. El coronavirus también ha disparado nuestra presencia online, algo preocupante teniendo en cuenta que un simple email suelta a la atmósfera 4 gramos de CO2 y que una sola búsqueda en Google libera, según Greenpeace, otros 0,2 gramos de este gas. Además, el hecho de pasar más tiempo en casa ha impulsado el negocio de las grandes plataformas de streaming que solo en 2018 emitieron tantos gases nocivos como todos los habitantes de un país de las dimensiones de Chile.
Innovación contra el cambio climático
Pese a que las cifras puedan parecer desalentadoras, cada vez son más las empresas tecnológicas que optan por modelos más sostenibles, algo que no solo es mejor para el planeta, sino que también aporta mayor productividad, menores costes y una mejor relación de confianza con los usuarios. Actualmente, ya se están llevando a cabo mejoras como el uso de energías renovables y la aplicación de técnicas más eficientes para los centros de datos, y se espera que, lejos de ser un problema, la tecnología sea un factor clave en la lucha climática. Un informe de la ONU publicado el Día de la Tierra 2020, desvelaba que existen ocho campos de innovación que serán claves a la hora de monitorear el clima, gestionar los recursos hídricos o reducir el riesgo de desastres naturales. Según este documento, la inteligencia artificial, el IoT, el 5G, las energías limpias, los gemelos digitales, la robótica las tecnologías space 2.0 y el Big Data deben ser potenciados con el objetivo de cumplir con los estándares propuestos por acuerdos como el de París o el ODS 13 sobre Acción Climática.