La mitad de las empresas españolas ya está en la nube, sin embargo, todavía queda un importante porcentaje que aún se está planteando si confiar los datos de su organización en la tecnología cloud.
¿Qué puede aportarme este sistema?, ¿qué solución es la más adecuada para mi empresa?, ¿una nube pública, privada o híbrida? Como en otros muchos casos, no hay una respuesta única para esta pregunta, ya que las necesidades de una micropyme nunca serán las mismas que las de una gran corporación.
Sí es verdad que la nube híbrida suele ser la opción elegida por las grandes compañías, fundamentalmente porque combina los servicios de nube pública y privada, y ofrece la ventaja de conjugar los aspectos positivos de ambos sistemas. Pero antes de analizar las ventajas de la nube híbrida, debemos tener claro los conceptos de nube pública y privada.
¿Qué es una nube pública?
En las nubes públicas, la infraestructura, es decir, el hardware, el almacenamiento y los dispositivos de red, es propiedad de un proveedor de servicios en la nube, que la administra y ofrece a través de Internet. Esta infraestructura se comparte con otras empresas, es decir, es muti-uso, y entre sus principales ventajas está la de pagar solo por el servicio que se usa, lo que permite no tener que realizar importantes inversiones en hardware, software o en tareas de mantenimiento. Además, ofrecen una escalabilidad prácticamente ilimitada y una gran confiabilidad.
Las implementaciones de nube pública se suelen utilizar para proporcionar correos electrónicos web, aplicaciones en línea, almacenamiento o entornos de desarrollo y prueba.
Entre sus desventajas hay que tener en cuenta, que, al ser propiedad de otra compañía, la seguridad, transparencia y disponibilidad de la plataforma dependerán de la empresa propietaria.
Habitualmente, esta solución es la más adecuada para las pequeñas empresas, principalmente, por el ahorro de costes que supone, aunque hay grandes compañías que también se decantan por esta fórmula para alojar datos de menor relevancia, como cargas de prueba y desarrollo.
¿Qué es una nube privada?
La gran diferencia con respecto a la nube pública reside en que la infraestructura informática es de propiedad y uso exclusivo de una empresa, que la puede alojar en sus instalaciones o en un centro de datos de un proveedor de servicios externo. Su principal ventaja es la posibilidad que ofrece de personalización de los recursos, lo que permite adaptarse a los requerimientos y necesidades concretas de TI de la empresa, además de garantizar un mayor control y seguridad sobre el entorno en la nube, al no compartir sus recursos informáticos con otros.
Suele ser la opción elegida por aquellas entidades que necesitan tener un gran control de sus datos, como entidades financieras, organismos gubernamentales o grandes o medianas empresas que realizan operaciones esenciales y manejan cargas de trabajo sensibles o críticas.
Debe disponer de un servicio de acceso y disponibilidad muy alto para que tanto la empresa -en el caso de cloud privada interna- o terceros como proveedores- en caso de cloud privada externa-, puedan gestionar la información en cualquier momento.
Eso sí, a las ventajas de seguridad y disponibilidad que aporta, hay que añadir los costes de inversión y de mantenimiento que son necesarios para disponer de una nube privada, que suelen ser más elevados que otras alternativas de nubes.
La nube privada está diseñada para cualquier tipo de empresa, aunque debido a la inversión que requiere, esta fórmula encaja más para una gran corporación que para una pequeña empresa con mayores limitaciones presupuestarias.
Ventajas de la nube híbrida
En el caso de la nube híbrida, como ya hemos comentado, conjuga los beneficios de ambas fórmulas, nube pública y privada. En una nube híbrida, los datos pueden moverse entre nubes privadas y públicas para contar con una mayor flexibilidad y opciones de implementación. Así, en función de los datos que necesite guardar una empresa, se puede utilizar una u otra solución. Por ejemplo, una empresa podría utilizar la nube privada para las operaciones confidenciales, como los informes financieros, y la pública para otras necesidades de mayor volumen, pero que requieren menor seguridad, como los correos electrónicos.
Entre sus ventajas, está la reducción de costes que permitiría la combinación de ambos sistemas y también la flexibilidad que aporta esta unión.
La nube híbrida puede resultar muy beneficiosa principalmente para aquellas empresas que experimentan aumentos de demanda estacionales o tienen cargas de trabajo dinámicas o muy cambiantes. Con la nube híbrida, podrían utilizar los recursos de la nube pública para ampliar los recursos informáticos de la nube privada. Podría ser el caso, por ejemplo, de ventas en línea.
Gracias a la flexibilidad y la escalabilidad de la nube pública, la empresa se ahorraría así el tener que realizar una fuerte inversión para hacer frente a picos de demanda, al pagar solo por lo que utiliza.
Para trabajar con una nube híbrida es importante disponer de una sólida conectividad de red y compatibilidad de APIs (Application Programming Interfaces), es decir, con el conjunto de comandos, funciones, protocolos informáticos que permiten a los desarrolladores crear programas para sistemas operativos.
Conviene tener en cuenta además que, la coordinación de la nube pública y privada es compleja, y los medios utilizados deben ser seguros y compatibles, ya que este tipo de infraestructuras son más complicadas y deben combinar más tecnología para evitar que se integren datos sensibles de la compañía que la utiliza en la nube pública por error.