La protección de datos en el sector sanitario, que implica el manejo de información de carácter personal muy sensible, es uno de los grandes desafíos de esta nueva era tecnológica.
PROTECCIÓN DE DATOS
Historias clínicas, tratamientos, diagnósticos… son registros derivados de las pruebas médicas y esenciales para la atención de los pacientes. Una parte importante de estos datos, hoy en día la mayoría en formato digital, están considerados en la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales (LOPD) como datos especialmente protegidos. También están amparados por normativas específicas, como la 41/2002, reguladora de la autonomía del paciente y derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, y la norma ISO 27799:2010 que establece controles detallados para la gestión de la seguridad de la información en el ámbito sanitario.
En este sentido, los datos de los pacientes son fundamentales para llevar a cabo investigaciones y conseguir avances en la medicina. Con técnicas como el Big Data es posible realizar estos análisis pero, se ha de garantizar la privacidad de los pacientes eliminando cualquier dato que permita identificarlos.
NUEVAS AMENAZAS
La seguridad resulta crítica para las empresas del sector sanitario dado el carácter de los datos que manejan y ser consciente de los riesgos que supone el uso de la tecnología es esencial para asegurar los procesos y garantizar su confidencialidad.
Y es que hoy en día, con la incorporación de la tecnología al sector sanitario, además de las amenazas tradicionales, hay que tener en cuenta las procedentes de la red, las llamadas ciberamenazas: introducción de malware, ataques a sistema, robo de información, manipulación, etc. Por ello, es fundamental invertir en seguridad y en el encriptado del software de los equipos tecnológicos utilizados por los profesionales de la salud. Como revela el “Informe sobre Ciberseguridad y Amenazas”, publicado por McAfee Labs, la industria de la salud superó al sector público en cuanto a número de incidentes de ciberseguridad en el segundo trimestre del año de 2017, lo que supuso un 26% de los incidentes registrados. Si bien la mayoría de brechas en los datos sanitarios se deben a errores humanos o revelaciones provocadas por accidente, la realidad es que los ciberataques continúan aumentando.
En conclusión, la protección de datos debe formar parte del proceso de digitalización global y planificado por las entidades sanitarias.