Con la migración masiva de empresas e instituciones hacia soluciones de almacenamiento en la nube, estos sistemas se han convertido en un objetivo sumamente atractivo para los ciberdelincuentes. De hecho, los ataques a la nube han aumentado significativamente en 2004, fundamentalmente debido a vulnerabilidades o errores de configuración. Para acceder a datos sensibles, los ciberdelincuentes se están centrado sobre todo en el robo de credenciales, la explotación de permisos mal configurados y el uso indebido de cuentas privilegiadas.
Concretamente, el 61% de las organizaciones han experimentado un incidente de seguridad en la nube este año, y el 21% resultó en violaciones de datos, según revelan las estadísticas del “Informe de seguridad en la nube 2024” de Check Point”, que pone de manifiesto que solo un 4% de las organizaciones tiene capacidad de mitigar los riesgos de manera rápida y sin esfuerzo.
¿Cuáles son los ataques más comunes?
- Ransomware: uso de software malicioso que cifra datos y exige un rescate para su liberación.
- Phishing: envío de correos electrónicos fraudulentos para engañar a los usuarios y obtener acceso a sus credenciales.
- Ataques a la configuración: explotación de configuraciones de seguridad deficientes en servicios de nube para acceder a datos sensibles.
- Exfiltración de datos: robo de datos almacenados en la nube para vender o utilizar con fines de chantaje.
Principales vulnerabilidades:
- Errores de configuración: aproximadamente el 23% de los incidentes de seguridad en la nube se deben a errores de configuración, como permisos mal gestionados y claves API inseguras (Checkpoint Engage).
- Robo de credenciales: el phishing sigue siendo una táctica prevalente, involucrado en más del 51% de los ataques para robar credenciales y acceder a cuentas en la nube (Expert Insights) (Checkpoint Engage).
- Privilegios excesivos: Más del 50% de las organizaciones no implementan adecuadamente el acceso de menor privilegio, lo que permite a los atacantes escalar privilegios y acceder a datos críticos (Expert Insights) (SentinelOne).
- Falta de visibilidad y control: La complejidad de los entornos multi-nube dificulta la gestión y visibilidad de los recursos y permisos, aumentando el riesgo de brechas de seguridad (SentinelOne).
Estadísticas relevantes a tener en cuenta:
- Incremento en los Ataques: el 80% de las empresas reportaron un aumento en la frecuencia de los ataques a la nube en 2024 (PwC).
- Impacto Financiero: el coste promedio de una brecha de datos en la nube es de aproximadamente 4.35 millones de dólares, siendo más costoso en el sector de salud con un promedio de 5.3 millones de dólares por incidente (PwC).
- Aumento del ransomware: los ataques de ransomware en la nube han incrementado en un 13% en los últimos cinco años (Checkpoint Engage).
La implementación de buenas prácticas puede contribuir a mitigar los riesgos asociados de los ataques a la nube y mejorar la postura de seguridad de las organizaciones en un entorno cada vez más digital y complejo.
Buenas prácticas para proteger infraestructuras en la nube
- Implementar autenticación multifactor (MFA): requiere más de una forma de verificación para acceder a sistemas críticos.
- Uso de Herramientas de Gestión de Identidades: implementar soluciones robustas de gestión de identidades y accesos (IAM) para controlar y monitorizar el acceso a los recursos
- Realizar auditorías de seguridad regulares: revisar y ajustar configuraciones de seguridad para asegurar que cumplan con las mejores prácticas.
- Cifrar datos sensibles: utilizar cifrado tanto para datos en tránsito como en reposo.
- Mantener software y sistemas actualizados: aplicar parches actualizaciones de seguridad de manera oportuna.
- Seguridad de las API: proteger las interfaces de programación de aplicaciones (API) con autenticación fuerte y limitar su acceso.
- Entrenamiento en conciencia de seguridad: capacitar a los empleados para reconocer y responder adecuadamente a amenazas de phishing y otras tácticas comunes.
- Seguir un modelo de seguridad de confianza cero (Zero Trust): no confiar automáticamente en nada dentro o fuera del perímetro de la red y verificar continuamente todos los intentos de acceso.
- Monitorización continua: utilizar herramientas de monitoreo para detectar y responder rápidamente a actividades sospechosas.
- Políticas de gestión de acceso y privilegios: limitar el acceso a los recursos de nube solo a quienes realmente lo necesitan para realizar sus funciones.
- Backups regulares y pruebas de recuperación: realizar copias de seguridad frecuentes y pruebas de los planes de recuperación ante desastres para asegurar la continuidad del negocio en caso de un ataque.