El próximo sábado 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente 2021, una fecha instaurada por la ONU en 1977 con el objetivo de sensibilizar sobre ecologismo y fomentar la cooperación desde diversos ámbitos en favor del medio ambiente. Aunque en los últimos años se ha evidenciado el importante impacto ambiental que generan las tecnologías emergentes, cada vez son más las voces que aseguran que estas tienen un papel indiscutible en la transición hacia un mundo más sostenible, de hecho, una de las técnicas más prometedoras para lograr este fin es la inteligencia artificial.
Pensamiento digital para entender la lucha climática
En un informe de la ONU publicado el pasado año durante la celebración del Día de la Tierra, se desvelaba que existen ocho campos de innovación que serán claves a la hora de monitorear el clima, gestionar los recursos hídricos o reducir el riesgo de desastres naturales, siendo la inteligencia artificial uno de los principales. Gracias a la utilización de algoritmos, la IA da a los dispositivos la habilidad de razonar, aprender y crear estrategias y planes de una forma similar a cómo lo haría un humano. En la lucha climática, estas capacidades suponen una gran ventaja a la hora de prevenir escenarios futuros y analizar grandes cantidades de datos para tomar decisiones óptimas.
Inteligencia artificial que reduce la emisión de gases nocivos
La inteligencia artificial puede ser una de las mejores técnicas para reducir drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero en los próximos años. De la mano de la IA, se espera que aumente el número de vehículos autónomos, altamente eficientes, y que se consiga que prácticamente todas las ciudades se conviertan en smart cities ecológicas, capaces de ajustar la iluminación a las necesidades de cada momento o alertar de niveles altos de contaminación, por ejemplo. Este tipo de pensamiento digital es también un foco de innovación en el sector de las energías renovables, al lograr controlar al máximo la eficacia de su uso y suministro, incluso se pronostica que se comiencen a aplicar nuevas opciones de almacenamiento y gestión.
Una aliada contra el desperdicio de alimentos
El uso irresponsable de pesticidas y fertilizantes es una de las causas de contaminación más frecuente de las aguas residuales, una situación que pone en claro riesgo la salud de los ecosistemas y de los humanos. Con la aplicación de la IA, la agricultura es cada vez más inteligente, siendo capaz de adelantarse a problemas en los cultivos, adaptarse a la demanda de productos y gestionar el riego para gastar la mínima cantidad de agua posible. Por otra parte, esta tecnología ayuda a reducir el desperdicio de alimentos porque estima el momento ideal para recoger las cosechas y especifica cuáles son los sistemas de plantación más rentables para climas extremos, evitando que se estropeen los alimentos por causas como las lluvias fuertes o las sequías prolongadas.
Prevención contra desastres naturales
Una de las consecuencias más dramáticas del cambio climático son los fenómenos meteorológicos extremos, una situación que se traduce en el aumento de refugiados ambientales, en concreto, según ACNUR, los riesgos de desplazamiento forzado por desastres naturales se han duplicado desde 1970. En este sentido, además de contribuir a lograr una sociedad más ecológica, los sistemas de inteligencia artificial realizan cálculos y previsiones a gran velocidad que nos alertan de futuros desastres naturales y que ayudan a minimizar sus costes humanos y materiales.